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Baja visión: Qué es, síntomas y consecuencias.

Qué es Baja Visión

La baja visión corresponde a cualquier grado de discapacidad visual que limite significativamente lo que una persona ve, es una condición que no puede ser corregida con gafas, lentes de contacto,  o cirugía.

El objetivo principal en los pacientes con baja visión es determinar qué opciones existen para mejorar la optimización de la visión restante, con el fin de lograr la reintegración a la vida social, laboral y proporcionar suficiencia para el autocuidado.

La visión restante o la visión que le queda al paciente con baja visión, se puede medir mediante dos parámetros básicos:

Cuando no consigue superar el 10% de agudeza y/o tiene restringido a sólo 20º su campo visual, se considera entonces que padece ceguera legal, y cuando únicamente logra ver zonas difusas de iluminación o sombras, o cuando no ve nada en absoluto se habla de ceguera legal.

La baja visión es una condición que afecta todos los aspectos de la vida diaria del paciente, entre los que se encuentran social, laboral, deportivo, recreativo y también se afecta la capacidad para las actividades básicas de autocuidado.

Síntomas de baja visión

Los síntomas de baja visión están relacionados con la discapacidad misma y en algunas ocasiones con la enfermedad que provocó la discapacidad visual.

Los principales síntomas visuales son:

  • Dificultad para la visión cercana como lectura o ver los precios en el supermercado.
  • Dificultad para la visión lejana como ver televisión, la cara de las personas o el nombre de una calle.
  • Dificultad para deambular en la calle sin ayuda.
  • En casos severos dificultad para el autocuidado y labores domésticas.

 

Consecuencias y complicaciones

La baja visión afecta todos los componentes de la vida diaria del paciente. Los pacientes con baja visión suelen preservar un restante de visión, el cual es variable de acuerdo a la severidad del daño que ocasionó la condición de baja visión.

Es importante tener presente que los pacientes con baja visión corren el riesgo de perder el restante de visión que les queda, por tal motivo es fundamental realizar una consulta oftalmológica periódica, con el fin de determinar la estabilidad de la enfermedad que causó la baja visión y también para descartar cualquier complicación asociada a ésta enfermedad o para diagnosticar oportunamente la aparición otra nueva enfermedad.

A quienes afecta