Consulta oftalmológica
El paciente con baja visión tiene una visión remanente, que en ocasiones es la simple percepción luminosa, la cual se debe vigilar de manera muy estricta para lograr su preservación. El paciente con baja visión es susceptible de empeorar ya sea por deterioro de la enfermedad causante de la baja visión o porque habitualmente son pacientes susceptibles a presentar otras enfermedades oculares que ayudan en el deterioro de su capacidad visual.
Los pacientes que presentan baja visión o riesgo de baja visión, deben tener una cita como mínimo una vez al año con el médico oftalmólogo. El examen siempre se debe realizar mediante la ayuda tecnológica que permita el diagnóstico en fases iniciales de cualquier enfermedad que puede comprometer o poner en riesgo la visión remanente del paciente y que permita tomar las decisiones oportunas respecto al tratamiento de las mismas.
Es una consulta realizada por el médico oftalmólogo donde se debe evaluar de forma completa el estado funcional del ojo evaluando su capacidad visual con agudeza visual, visión del color, evaluación del campo visual y sensibilidad al contraste. Es importante igualmente evaluar el interior del ojo y todo su componente neurológico dejando un registro del mismo. En algunos casos se realizan exámenes especiales complementarios con el fin de determinar la causa, o las posibilidades de mejorar la visión con tratamientos médicos o mediante cirugía, los cuales podrán incluir: interferometría, OCT de macula, ecografía, entre otros.
Si se llega a la conclusión que la visión no es mejorable, y después de haber determinado la capacidad visual y las zonas de mejor visión en el campo visual para aprovecharlas, se determinan las necesidades visuales del paciente y con base a todo lo anterior se establece cual será la mejor ayuda óptica o no óptica que logrará mejorar la capacidad visual del paciente con baja visión.